SAN CAMILO DE LELIS, SANTO PATRONO DE LOS ENFERMOS MÁS GRAVES, ORACIONES


San Camilo nació en Buchianico, Italia, en el año 1550, e inspirado por Dios fundó la Orden de los Padres de la Buena Muerte, también llamada "Ministros de los Enfermos Agonizantes". 


Este gran varón de la Iglesia, cuya vida tuvo el heroísmo de los que luchan contra el dolor humano, no fue, como pudiera creerse, ni un niño "santito" ni un joven edificante, pues de párvulo escapaba de la escuela, engañaba a sus padres y jugaba a los dados con sus compañeros, y en su primera juventud se vio envuelto en pendencias y hasta en escándalos, arrastrado por la pasión del juego.

Por esta misma causa, y ya cerca de los veinticinco años, estuvo a punto de liquidar a un soldado que había participado con él en la Guerra Santa contra los turcos. No consumó tan horrendo pecado, pero continuó su vida desordenada hasta que por fin, habiéndose salvado milagrosamente de una tempestad, durante la cual hizo la promesa de entrar en convento, si no moría ahogado, cambió radicalmente de costumbres y se consagró por entero a Jesucristo.

En un hospital de Roma padeció los rigores de la mala asistencia y sufrió los malos tratos que se daban a los enfermos, y conoció la idea de fundar una organización de religiosos destinada al consuelo y alivio de los dolientes; salió del hospital firmemente dispuesto a realizar tan piadosa obra, que con el tiempo crecería en todo el mundo como una semilla plantada en el corazón de los hombres.

El padre Camilo encontró múltiples dificultades para llevar a la práctica la piadosa iniciativa, y aun fue víctima de la incomprensión de sus superiores, pero nada le arredró y continuó con sus planes, hasta que Su Santidad Sixto V, en el año de 1586, aprobó y confirmó la Sociedad de Apóstoles Enfermeros que él había soñado, elevándola más tarde a la categoría de Orden Religiosa con el nombre de Padres de la Buena Muerte.

Desde el momento en que Camilo de Lelis se consagró por amor de Dios a los pobres, los atendió en los hospitales y llegó a desprenderse de sus ropas para dárselas; desde ese momento en que, venciendo la natural repugnancia y no importándole la vida, abrazó el cuerpo de los apestosos y recogió el último aliento de los moribundos, desapareció el guerrero e hizo su aparición el santo; huyó para siempre la imagen del joven alocado e irrumpió la figura del ángel, porque no hay nada que se pueda comparar a la Caridad cuando ésta administra consuelo y salva las almas.
San Camilo adoptó como insignia de la Orden por él fundada, una cruz roja que debían llevar los religiosos sobre el pecho, y con los años, la Humanidad habría de adoptar ese mismo distintivo, como símbolo de ayuda, consuelo y desprendimiento.

Murió este santo el 15 de julio de 1614, a la edad de 64 años, y su fiesta se celebra el 18 de julio. 


ORACIONES A SAN CAMILO

Glorioso San Camilo,
que asististe a los enfermos
como si fueran tus hijos,
tú, que eres su celestial Patrono,
protege al hombre que sufre
para que no pierda la esperanza;
ayuda a los buenos samaritanos que los atienden.
Presenta al Señor nuestras oraciones;
sólo Él puede guardarnos de todo mal
y convertir los dolores de nuestro cuerpo
y la soledad de nuestras almas,
en frutos de alegría y de amor.
Amén.

ORACIÓN

Oh Dios, Padre de bondad,
que en tu Hijo Jesucristo
manifestaste Tu predilección
por los pobres y atribulados:
a Ti clamamos en nuestra necesidad.
Acepta las suplicas que Te dirigimos
en honor y por intercesión de San Camilo,
el apóstol de los enfermos.
Amén.

Glorioso San Camilo,
modelo de ardiente caridad con los enfermos,
a quienes cuidabas con ternura de madre,
viendo en ellos al mismo Jesús:
haz noble y comprensivo el corazón
de cuantos nos asisten
y a nosotros llénanos de esperanza
en medio de tantas tristezas y angustias.
(Petición y momento de silencio).

Padre nuestro, Ave María, Gloria…
Glorioso San Camilo, ruega por nosotros.

Glorioso San Camilo,
celestial protector de los enfermos,
a ti acudimos con confianza implorando
que intercedas por nosotros ante Jesucristo,
quien pasó por el mundo curando, aliviando
y fortaleciendo la fe de quienes lo buscaban,
y nos concedas la gracia que necesitamos.
(Petición y momento de silencio).
Padre nuestro, Ave María, Gloria…
Glorioso San Camilo, ruega por nosotros.

Glorioso San Camilo,
que inspirado por el Espíritu Santo
fundaste en la Iglesia
una nueva escuela de caridad
en favor de los enfermos:
alcánzanos del Divino Espíritu
el alivio y consuelo que buscamos.
Haznos crecer en la fe y en el amor
aun cuando la esperanza
se oscurezca por la tristeza y el dolor.
Protege nuestros hogares
y haz que florezcan en ellos
apóstoles de la caridad.
(Petición y momento de silencio).
Padre nuestro, Ave María, Gloria…
Glorioso San Camilo, ruega por nosotros.

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