ORACIÓN A FRAY JUNÍPERO SERRA, EL SANTO MISIONERO



Oh, Glorioso san Junípero Serra:
tú, que desde la primera infancia
experimentaste dolores y sufrimientos prolongados
y con alma pura te encomendaste con devota fe
tú que siempre confiaste en Dios y su santo propósito
 y fuiste capaz de superar inmensas aflicciones,
dame tu caritativa ayuda y no dejes de orar por mí. 


Obtén para mí la gracia de acrecentar mi fe en Dios.

Fortalece mi esperanza  e intensifica mi amor
hacia Él en corazón y obra.

San Junípero Serra,
 que renunciaste a todos los honores terrenales
y abandonaste todo para convertirte en misionero 
para mayor honor y gloria de Dios.

Luchaste con decisión y coraje,
cuando estabas especialmente dolido
por saber nunca volverías a ver a tu familia.

Tu profunda fe y celo por salvar almas
te dio la fuerza para seguir adelante
y renunciar a toda seguridad y confort.

Ayúdame a aumentar mi fe y amor a Dios,
y "seguir adelante y nunca volver"
mientras cumplo sus preceptos.

San Junípero Serra, hombre bueno y entregado,
tu largo y sangriento martirio
terminó en una muerte santa y pacífica.

Tu promesa de orar por nosotros en el cielo
me da un gran consuelo
porque sé que me estás protegiendo:

Reza a Dios por mí,
que estoy necesitado y afligido
e intercede para que cumpla la petición
que con tanto fervor y confianza te hago:

(realizar ahora confiadamente la petición).

Ora también, bendito santo,
para que al llegar mi momento
pueda dejar este mundo
con la gracia, la confianza de Dios,
y la dignidad de compartir el don
de la resurrección de Jesucristo, Nuestro Señor.

Amén.

Rezar tres Padrenuestros, Avemaría y Gloria.

La oración junto a los rezos se hacen por tres días seguidos. 



Hijo del pueblo de Petra, nació en el año 1713 en el seno de una humilde familia campesina, y residió parte de su vida en Palma de Mallorca. A la edad de 36 años zarpó rumbo a América como misionero franciscano y fundó nueve misiones, que con el tiempo se convirtieron en importantes ciudades. El 23 de septiembre de 2015 fue canonizado por el papa Francisco, en la ciudad de Washington D. C.
Fray Junípero Serra, fundador de las Misiones en la Alta California, no sólo ha sido reconocido por sus altísimas virtudes religiosas, sino por su obra gigantesca como civilizador y padre amoroso para con los pobres y los ignorantes.
En México hay instituciones que llevan su nombre (especialmente escuelas); se le han erigido estatuas, y, en fin, se le ha rendido eterno testimonio de gratitud.
Pero es en la propia California, en los Estados Unidos de América, donde se ha honrado a tan esclarecido varón en forma más amplia, debido a que todo ese Estado fue favorecido por el estoico religioso, quien abrió las puertos a su civilización y a su engrandecimiento.
El autor español Gaspar Sabater, en su biografía de Junípero Serra, dice lo siguiente:
"Una obra como la realizada por Fray Junípero en tierras de California no podía pasar inadvertida. A medida que aquellas tierras iban desenvolviéndose por sí mismas y entrando dentro del área de los pueblos civilizados, fue agrandándose y creciendo la figura del misionero español. Se comenzó a estudiar profundamente su gran labor y se puso de manifiesto lo que ésta suponía para el pueblo americano en general y para la rica California en particular.

El pueblo de lo América del Norte ha estudiado la obra de Junípero Serra y su nombre fue incorporado solemnemente a la lista de los que con su trabajo, inteligencia y empeño, han ayudado a formar aquella gran nación.

La primera manifestación que en este sentido se llevó a cabo, fue en el año 1884. Reunidos en Congreso los diputados del Estado de Californio, acordaron la celebración periódica de la fiesta del Centenario de Junípero Serra, y la erección de una gran estatua que perpetuase la memoria de tan preclaro colonizador.

La estatua se inauguró el mismo año de 1884 -primer centenario de su muerte- y fue levantada en Monterrey (ciudad homónima de la de Monterrey, en México), lugar donde descansan sus restos mortales. El acto de inauguración revistió extraordinaria solemnidad. Acudieron a California representantes de todos los Estados americanos, y la prensa de los mismos -en especial la californiana y la neoyorquina- dedicó extensos y documentados estudios a la figura de Junípero Serra".

Sabater transcribe luego un trozo literario de Eduardo E. Cothran, que traducido al español por Clara Brassington, dice así en sus fragmentos más hermosos:


"En las remotos playas donde el mugir de las olas y el murmullo de los pinares entonan su himno, los Padres de otros tiempos, sin temor y con fe viva, erigieron un Santuario... Pasaron ya los tiempos felices en que el amoroso Junípero Serra recorría aquellos desiertos bendiciendo a sus hijos, enjugando sus lágrimas y consolándoles en sus tribulaciones.

¡Años olvidados! En el lugar que él pisó con sus sandalias, se yergue impasible su estatua tallada en piedra fría; sus labios permanecen silenciosos, pero su diestra todavía se levanta en actitud de bendecir".

La estatua a que se refiere el escritor es un monumento de dos metros de alto. Su base representa el agua del amor, con una pequeña barca de la cual desciende Junípero en ademán de bendecir, todo rodeado por una artística verja de hierro.

La inscripción consigna las Misiones por él fundadas, de 1769 a 1782, y que son principalmente las de San Diego, San Antonio, San Francisco, Santa Clara y San Buenaventura.


0 comentarios:

Publicar un comentario

SÍGUEME EN FACEBOOK