SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS, ORACIÓN PARA PETICIÓN DE SOLUCIONES PARA NUESTRAS NECESIDADES Y PROBLEMAS


Ella, la florecita y la reinecita. Ella, la sembradora de rosas. Ella, la que pone una sonrisa en todas nuestras tristezas ocultas. Ella, la que de una manera tan delicadamente graciosa nos enseña la abnegación. Ella, Santa Teresita del Niño Jesús, o de Lisieux.
Se ha dicho que ha tenido éxito por su frescura y juventud, y que una persona fea o simplemente avanzada en edad no hubiera ganado así los corazones. Aún los mismos salvajes quedaban conquistados, sólo con ver su retrato. Conquistados, ¿por qué, si no por sus encantos? 




Si hubiéramos de traducir con toda franqueza e inconveniente la objeción escueta, habría que decir: Santa Teresita de Lisieux es en la Iglesia el primer premio, la reina de la belleza.
Las personas piadosas se extrañarán, y con razón, de tales expresiones. Pero los adversarios nos reconocerán el mérito de no atenuar su pensamiento total. Hay que confesar que Dios había dotado ricamente a Teresa, dándole, además de la belleza moral, el atractivo de un exterior ventajoso. ¿Y dónde está escrito que la virtud ha de ir hermanada con la fealdad, que a los monasterios se ha de enviar tan sólo a las feas?
La pequeña Teresita aún, estaba dando en casa la lección, cuando se presentan dos visitas, y preguntan a hurtadillas quién es aquella "niña tan bonita". Se figuran que no lo ha oído. Pero ella lo ha entendido muy bien, y más tarde reconocerá con una franqueza deliciosa, que aquellas palabras le gustaron mucho.
¿Quién encontrará una muchacha que no se regocije de ser tenida por bella?
La edición completa de la Historia de un alma y el Espíritu de Santa Teresa del Niño Jesús, publicadas en la oficina central de Lisieux, terminan las dos con este apéndice:
"He aquí algunos datos que pueden interesar a las personas deseosas de conocer el retrato físico de Santa Teresita del Niño Jesús. Era de alta estatura, tenía el cabello rubio, los ojos garzos, las cejas rectas y finas, la boca pequeña, los rasgos delicados y regulares. Su rostro, con blancura de azucena, tenía un perfil armonioso, bien proporcionado, siempre con una expresión de amable serenidad y de paz celestial. En fin, su andar estaba lleno de dignidad juntamente con sencillez y gracia."
Hasta el fin de su vida conserva siempre algo de atractivo. Acostada, moribunda, en la enfermería, quiere confesarse.
Por razón de su extrema debilidad, y de la sofocación producida por el calor, se le ha levantado el velo. Ved lo que dice al ilustrísimo Laveille:
"El canónigo Faucon, viéndola tan hermosa, se sintió sobrecogido de un profundo respeto".
Así que desde la infancia hasta la muerte tuvo las gracias que granjean la simpatía. Pero decir que en eso está la explicación de su éxito es ridículo por tres razones:
A) Ella está muerta. Está muerta desde 1897. Y Dios no hizo en su favor el milagro de conservación que obró en otros. Cuando se hizo la primera exhumación, casi no se encontró más que su osamenta. No se siente uno como herido por el rayo ante un cadáver descompuesto desde hace 36 años.
B) Hay belleza y belleza. La de la mundana puede no ser más que física. ¡Qué diferencia en nuestro caso! Lo que más impresiona, cuando se mira el retrato de Santa Teresita, es la pureza de sus ojos, la expresión virginal y celeste.
C) El encanto innegable de la Santa joven ha sido pretendido por Dios para que nuestros corazones se sintiesen más atraídos, al comienzo. Se termina en el amor puro de Dios. 

 


ORACIÓN

Oh, Bendito y Buen Dios que os habéis complacido
 en darnos en Santa Teresita del Niño Jesús
 un modelo de amor y entrega filial a Vos,
 nuestro Padre bueno y amoroso.
Os damos gracias por este favor
 y os pedimos sinceramente
 nos ayudéis a corregir nuestras faltas,
 a adquirir verdadera virtud y complaceros en todo,
 a no negaros ningún sacrificio que nos exijáis,
 y a daros gusto por nuestra diligencia
 en cumplir todo lo que nos mandéis,
 a fin de que Vos podáis ser siempre nuestro Padre
 cuyo único anhelo sea vernos felices en la tierra
 y un día en el cielo.


Y a vos Santa Teresita, que nos habéis enseñado
 con vuestro justo, virtuoso e integro ejemplo
como hay que hacerse niño
 para llegar así por un “camino” seguro
 al Corazón de Dios,
 y por este divino Corazón, al reino de los cielos,
os suplicamos vuestra intercesión ante Él
para obtener de su gran misericordia y bondad,
poder remediar prontamente esta necesidad
que en este momento nos desespera
y nos causa gran desolación:

(hacer la petición).

Gloriosa santa Teresita,
confiando plenamente en ser escuchados,
 y que por vuestra gran influencia
 se solucionen nuestras necesidades,
os pedimos también
 que nos alcancéis la gracia
de ser siempre humildes y sencillos,
en nuestro pensar y obrar,
así como puros y castos en toda nuestra vida,
 a fin de que siguiendo vuestras huellas
podamos alcanzar los premios eternos.

Por Jesucristo nuestro Señor,
que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén. 

Rezar el Credo, tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.

La oración junto a los rezos
se hacen con gran fe durante tres días seguidos.

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