SAN ROBERTO BELARMINO, SU ORACIÓN PARA LOS QUE ESTÁN TRISTES O SUFREN DESALIENTO


Por concesión expresa del papa Clemente VIII, San Roberto Belarmino escribió su testamento pocos días antes de su muerte, algo que no se acostumbra entre los miembros de la Compañía de Jesús. 

 El documento, escrito en latín con fecha 23 de enero de 1621, comienza aludiendo a dicha dispensa y explica que lo hace "porque es casi seguro que después de mi muerte los bienes temporales, por ahora necesarios para mi mantenimiento, deberán reintegrarse a los pobres y a la Iglesia, a quienes pertenecen". 



Después añade que el papa le otorgó permiso de disponer en forma amplia de sus bienes, pero que él no desea hacer valer tal libertad, sino aplicarla exclusivamente a su propósito esencial. Informa en seguida que dos veces anteriores había redactado el testamento, pero "habiendo cambiado algunas circunstancias" lo había anulado.


Dispone luego sobriamente de sus escasos bienes materiales, y pasa después a la parte espiritual que tanto le interesaba. Transcribimos los párrafos más interesantes de su escrito:
"Deseo que mi cuerpo no sea embalsamado, que sea conducido de noche, sin pompa alguna, hacia una iglesia de la Compañía de Jesús, sea la de la Casa Profesa o en la del Colegio Romano; y las exequias se hagan con sólo los Padres y Hermanos de la Compañía, sin la intervención del Sacro Colegio, sin el Catafalco, sin fasto ni obligaciones y con la sencillez que suele usarse con cualquier miembro de la Compañía.
Ruego humildemente con la mayor vehemencia se satisfaga así mi último deseo.
"En cuanto al lugar de mi sepultura, he de agradecer profundamente que mi cuerpo fuese colocado al pie del Beato Luis Gonzaga, mi hijo espiritual...
"No prescribo nada para el sufragio de mi alma, porque creo que la herencia dejada a la Casa Profesa se reducirá a poquísima cosa; nunca he pensado en acumular riquezas ni adquirir muebles de alto precio. Además, confío y estoy seguro que la piadosa caridad de mi Madre la Compañía de Jesús no dejará de rogar por mi alma, como lo hace por la de sus otros difuntos ordinariamente."
Después de referirse varias veces a los bienes materiales que dejaba en herencia, podría suponerse que, aunque escasos para la dignidad de un Cardenal, serían al menos suficientes para un donativo a la Iglesia y a los pobres. Pero los biógrafos de Belarmino consignan que sus bienes alcanzaron apenas para pagar los gastos del funeral. ¡Tal era la humildad y el despego a las riquezas que tuvo!
Naturalmente, la voluntad del santo no pudo ser íntegramente obedecida, porque la profunda devoción que había despertado en todos, ocasionó que se le honrase con solemnes homenajes.
Sobre la voluntad del humilde, prevaleció la veneración y el amor que inspiraba. De esta manera su sepelio fue un espectáculo extraordinario, en el cual, aparte la solemnidad ritual de lo religioso, destacó el homenaje del pueblo que acudió y siguió en masa los restos mortales de quien había sido su guía.
El entierro, como lo manifestó en su testamento Belarmino, se efectuó por la noche, y pese a lo avanzado de la hora, una multitud incontenible rodeaba el catafalco, hasta el extremo de hacerse necesaria la intervención de la fuerza armada para poner orden en aquella muchedumbre fervorosa, afligida y emocionada.
Todos estos datos históricos fueron puntualmente recogidos y anotados por su biógrafo más acucioso, Bartoli, y por los historiadores de la Compañía de Jesús, Venturi, Bachelet y Fuligatti. 

 


SAN ROBERTO: 
ILUMINA NUESTRAS ALMAS
Y FORTALECE NUESTRA FE

Glorioso San Roberto,
hoy queremos honrarte a ti
que vives en compañía de Jesús,
de Nuestra Santa Virgen María,
de los santos y de los ángeles.

Resaltas por tu virtud, enseñanzas y obras,
por tu sabiduría de corazón y luminosa doctrina.

 Haz que podamos seguir la verdad y la propuesta del bien
 para crecer y mejorar como frutos de Cristo.

Has amado al pobre
con gestos de profunda caridad,
 imitando a Cristo.

Pobre y solidario con los débiles
para guiarlos hacia Su Reino. 

Haz que sigamos tu ejemplo
y amemos verdaderamente
a los que nos rodean llevándolos hacia Cristo.

Tu eres el trazado de un camino concreto,
el que debemos imitar,
para ser discípulo del Señor,
para renovarnos interiormente
y llevar un vida santa.

Que no nos sorprendan la tristeza y el desaliento,
ilumínanos y condúcenos hacia Dios 
y ayúdanos en nuestras necesidades. 

Amen.

San Roberto Belarmino,
¡Ruega por nosotros!

Pedir lo que se desea conseguir 
por mediación de este milagroso santo. 

Rezar Tres Padrenuestros y tres Glorias. 

Repetir la oración y los rezos cinco días seguidos.

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